Tras el escándalo de la apropiación indebida de planes fiscales secretos del Gobierno de la nación, PwC Australia ha nombrado un nuevo consejero delegado.
Una empresa de capital riesgo comprará la división gubernamental del gigante de la contabilidad por 1 dólar australiano (0,70 euros; 0,50 libras).Según un comunicado de PwC Australia, esto permitirá al negocio "avanzar con previsibilidad y enfoque".
La información clasificada se reveló que había sido filtrada en enero por un ex socio de PwC Australia.
Los borradores de las leyes de elusión del impuesto de sociedades fueron compartidos por el exsocio, que asesoraba al Gobierno australiano, con colegas que luego los utilizaron para hacer propuestas de venta a clientes potenciales. Entre 2014 y 2017 se produjeron filtraciones.
Según la empresa, nunca se utilizó información privada para rebajar las obligaciones fiscales de los clientes.
Políticos y funcionarios, sin embargo, han exigido que se prohíba a PwC Australia recibir contratos gubernamentales hasta que aborde adecuadamente el escándalo.
Kevin Burrowes ha sido nombrado nuevo consejero delegado de PwC Australia, según anunció la compañía el domingo. Anteriormente ocupaba el cargo de líder global de clientes e industrias de PwC Network.
Justin Carroll, presidente del consejo de gobierno de PwC Australia, dijo que trabajaría con sus compañeros y el equipo directivo para recuperar la confianza de los grupos de interés de la compañía.
Se espera alcanzar un acuerdo vinculante para la venta a finales del mes que viene, añadió la compañía, que venderá a Allegro Funds su negocio con el gobierno federal y estatal australiano.
Sin ninguna "interrupción en los servicios vitales prestados a los clientes del sector público", la venta dará lugar a la creación de dos firmas independientes, según PwC Australia.
Tom Seymour, el anterior director ejecutivo de PwC Australia, dimitió en mayo tras admitir ser uno de los al menos 67 receptores de la información sensible en el centro del escándalo.
Nueve socios fueron despedidos ese mismo mes y se reorganizó el consejo de administración.
El Tesorero australiano, Jim Chalmers, calificó las revelaciones de "espeluznante abuso de confianza".
Según cifras oficiales, el gobierno australiano tiene contratos con PwC para el ejercicio fiscal en curso por valor de 255 millones de dólares australianos.
Los principales fondos de pensiones, entre ellos AustralianSuper, y el banco central del país han declarado que no suscribirán nuevos contratos con PwC a raíz del escándalo.