Tras una serie de escándalos, los miembros del grupo de presión empresarial CBI apoyaron a la organización en una crucial votación de confianza sobre su futuro.
Según el CBI, el 93% de los miembros con derecho a voto apoyaron las propuestas de reforma de la organización.
En total, votaron 371 miembros. Aunque la CBI afirma hablar en nombre de 190.000 empresas, no quiso revelar cuántas de ellas tenían derecho a voto.
Aún no está claro si el Gobierno volverá a conectar con el grupo de presión.
La principal tarea de la CBI es comunicarse con el Gobierno en nombre de numerosas empresas británicas.
Las acusaciones de conducta sexual inapropiada en el CBI, publicadas en el diario The Guardian, hicieron que el Gobierno interrumpiera toda cooperación con la organización.
Aunque algunas empresas suspendieron su afiliación al CBI, se les permitió votar el martes.
Algunas, como BT, sin embargo, declararon que no votarían el martes.
La CBI ha conservado el apoyo de sus miembros restantes, pero un reciente éxodo de empresas que pagan cuotas ya está teniendo un impacto en la organización.
Recientemente ha declarado que para reducir su masa salarial en un tercio, tendrá que recortar puestos de trabajo.
Alrededor de 250 personas trabajan para el CBI en el Reino Unido, y también tiene oficinas en el extranjero.