En Inglaterra, las compañías ferroviarias pretenden seguir cerrando taquillas en masa.
Este miércoles, los responsables de las empresas tienen previsto confirmar una consulta pública sobre la eliminación progresiva de cientos de quioscos de venta de billetes prevista para tres años.
Algunos empleados permanecerán en las grandes estaciones, pero otros serán reubicados en los vestíbulos para vender billetes, proporcionar asistencia en viaje y ayudar a quienes necesiten alojamientos especiales.
Los sindicatos ferroviarios se oponen a los planes y han amenazado con más huelgas.
En torno a tres de cada cinco estaciones cuentan con una taquilla.
El Rail Delivery Group (RDG), que representa a las compañías ferroviarias, ha decidido iniciar una consulta sobre el futuro de las taquillas tras el fracaso de las negociaciones con el sindicato RMT.
Según el grupo comercial, hoy en día sólo el 12% de los billetes se suelen vender en los quioscos de las estaciones, frente al 85% en 1995. En su lugar, cada vez más clientes compran los billetes por Internet o en máquinas expendedoras.
Sostiene que sus ajustes liberarán al personal para atender a más pasajeros al permitirles abandonar la intimidad de las oficinas de las estaciones. Unas pocas estaciones ya utilizan el nuevo modelo de funcionamiento.
Según un portavoz de RDG, "la industria siempre ha sido abierta y honesta sobre la necesidad de que el ferrocarril evolucione con sus clientes para que pueda satisfacer mejor sus necesidades y asegurar un futuro próspero a largo plazo para un servicio económicamente vital".
El RMT, el mayor sindicato ferroviario del Reino Unido, está dirigido por Mick Lynch, quien ya había declarado anteriormente que su organización no se quedaría "dócilmente sentada y permitiría que se sacrificaran miles de puestos de trabajo o que los pasajeros discapacitados y vulnerables se quedaran sin poder utilizar los ferrocarriles como consecuencia de ello"."
El gobierno "pronto se dará cuenta de que el público no desea ver su red ferroviaria mermada de esta manera", según Peter Pendle, secretario general interino del sindicato ferroviario TSSA.
Entre los que se oponen desde hace tiempo a la idea se encuentran algunos activistas de los discapacitados que afirman que dificultaría la accesibilidad.
El asunto es el punto álgido más reciente de un largo conflicto entre las compañías ferroviarias y los sindicatos en torno a los salarios, las oportunidades de empleo y las condiciones laborales que ha desembocado en varias huelgas en los últimos años.
El Gobierno está presionando al sector ferroviario para que reduzca gastos tras haber prestado un importante apoyo durante la pandemia de Covid.
Respecto a la consulta, el Departamento de Transporte se ha abstenido de hacer comentarios.