Un ensayo ha descubierto que los carros de la compra equipados con un sensor especial pueden ayudar a identificar un trastorno oculto del ritmo cardiaco que eleva el riesgo de ictus.
Los carritos modificados, que comprueban las pulsaciones de los clientes mientras hacen la compra para detectar cualquier anomalía, fueron distribuidos a tiendas locales por investigadores de Liverpool.
Más de 2.000 clientes hicieron uso de ellos.
En el transcurso de los dos meses que duró el estudio, se diagnosticó fibrilación auricular (FA) a 39 personas, a las que se indicó que acudieran a un cardiólogo para que les orientara.
"Este estudio demuestra el potencial de llevar los controles de salud a las masas sin alterar las rutinas diarias", afirmó el investigador principal, el profesor Ian Jones, de la Universidad Liverpool Moores. Ian Jones, de la Universidad John Moores de Liverpool.
"Casi dos tercios de los clientes con los que hablamos se mostraron dispuestos a utilizar un carrito, y la mayoría de los que se opusieron iban con prisas en lugar de preocupados por ser observados.
Esto demuestra que la idea cuenta con un amplio apoyo y merece ser probada en un estudio más amplio. "
- La FA es una afección en la que el corazón late de forma caótica o errática e impide que el músculo cardíaco se relaje adecuadamente entre contracciones.
- Las palpitaciones cardíacas y un pulso errático y rápido son dos síntomas de la FA.
- Sin embargo, en algunos casos, pasa desapercibida hasta una revisión médica.
- Las personas con FA tienen más probabilidades de que se forme un coágulo de sangre en el corazón que provoque un ictus.
Se calcula que 40 millones de personas en todo el mundo y más de un millón en el Reino Unido padecen FA.
Para reducir el riesgo de posibles complicaciones, como un ictus, se puede aconsejar medicación anticoagulante.
En una reunión de la Sociedad Europea de Cardiología en Edimburgo, se están debatiendo los resultados del ensayo.
Bristol Myers Squibb, una empresa que desarrolla tratamientos para la FA, proporcionó financiación para el estudio.
Diez carritos con sensores en las asas, parecidos a los de los aparatos de ejercicio del gimnasio, se colocaron en cuatro supermercados con farmacias.
Se pidió a los clientes que sujetaran el asa durante un minuto.
Se tomaba un trazo cardiaco mediante electrocardiograma (ECG) que posteriormente era revisado por un cardiólogo si se detectaba que el latido de un paciente era irregular después de que el farmacéutico de la tienda comprobara manualmente su pulso.
Entre estos 220 se encuentran:
- 115 no tenían indicios de FA.
- 39 individuos carecían de diagnóstico, y se encontró FA en 59.
- Las lecturas en 46 eran inciertas.
Cuando no había signos de latidos irregulares, el investigador comprobó manualmente los pulsos de los sujetos; se descubrió que 10 de ellos tenían FA.