Tras cinco días de violentas protestas contra el tiroteo al que fue sometido el adolescente Nahel M durante un control de tráfico, los disturbios en Francia parecen calmarse.
El domingo por la noche se detuvo a menos personas que la noche anterior -más de 150- que a más de 700.
El Ministerio del Interior informó de que un bombero murió al intentar apagar un incendio el domingo después de que se prendiera fuego a varios coches.
Para protestar por la violencia y los saqueos, los alcaldes han pedido una concentración de protesta frente a los ayuntamientos el lunes.
Una asociación de alcaldes del país afirmó el domingo en un comunicado que "los municipios de toda Francia son escenario de graves disturbios, que tienen como objetivo los símbolos republicanos con extrema violencia".
"No permitiremos que el caos se apodere de nuestra nación. Desgraciadamente, esta situación no es una sorpresa; de hecho, los alcaldes franceses llevan años dando la voz de alarma sobre el estado de nuestra sociedad, según el comunicado.
También alude al ataque del fin de semana contra la casa de un alcalde de los suburbios de París, durante el cual los alborotadores dispararon cohetes contra la mujer y los hijos del funcionario mientras huían. Se cree que fue un intento de asesinato.
Desde el inicio de los disturbios, los alborotadores han intentado incendiar y dañado varios ayuntamientos en toda Francia.
Emmanuel Macron, presidente de Francia, se reunirá el martes con los alcaldes de 220 municipios que se han visto afectados por la violencia.
Según el ministro del Interior, Gerald Darmanin, un bombero de 24 años murió el domingo cuando intentaba apagar varios coches en llamas en un aparcamiento subterráneo en Seine-Saint-Denis, al norte de París.
El Ministerio del Interior declaró que se está llevando a cabo una investigación para determinar las circunstancias del incendio, pero un portavoz de los bomberos de París dijo a la BBC que por el momento "no existe ningún vínculo formal" entre el fuego y la violencia que ha sacudido Francia.
Por tercer día consecutivo, unos 45.000 agentes fueron puestos de guardia en todo el país.
Sin embargo, la noche del domingo fue mucho más tranquila que la del sábado, lo que aumenta las esperanzas de que los disturbios estén remitiendo.
La familia de Nahel, la adolescente asesinada por la policía, lanzó un llamamiento a la calma durante el fin de semana.
La familia de Nahel insistió en que la ley sobre el uso de la fuerza letal durante los controles de tráfico debe cambiar, pero un familiar de Nahel dijo a la BBC que no querían que su muerte provocara disturbios.
Y su abuela instó a los saqueadores a dejar de vandalizar la propiedad pública y les acusó de utilizar el fallecimiento de Nahel como justificación.
Añadió que la página GoFundMe para la familia del policía que disparó a Nahel, que hasta el lunes había recibido más de 800.000 euros (686.985 libras), le dolía "en el corazón".