A los 90 segundos de empezar el partido contra Australia, en una calurosa noche de verano en Pekín, Lionel Messi marcó un gol que hizo vibrar a decenas de miles de seguidores chinos.
El jueves por la noche, la capital china era un mar de camisetas azules y blancas de Argentina, casi todas ellas con el nombre de Messi en la espalda.
Cada verano se suele celebrar en Pekín un partido de fútbol amistoso por invitación. En esta ocasión, los organizadores seleccionaron a un equipo liderado por un jugador que posiblemente sea el más mediático de China.
Asistieron numerosos aficionados, pero no tanto para animar a este ilustre equipo como para apoyar a un hombre que ha aparecido con frecuencia en vallas publicitarias de esta zona anunciando diversos productos.
En una nación que no está bien representada por el deporte de élite, esto era marketing de estrellas.
Meeesssssiii Meeessssiii sonó por todas las gradas, pero sólo esporádicamente apareció el cántico chino para Argentina, Ahhh-gen-ting.
La mayoría de las entradas para el partido costaban entre 400 y 680 dólares (de 313 a 532 libras), lo que dio lugar a bromas en las redes sociales chinas sobre que no eran precios que se pudieran esperar en el recientemente renovado Estadio de los Trabajadores. Los precios de las entradas eran escandalosos.
No obstante, las 68.000 localidades se agotaron rápidamente, atrayendo a multitudes de toda China.
No se habrían movido de esa manera si no hubiera jugado Lionel Messi.
En cuanto aterrizó el astro argentino, la Messimanía se extendió por Pekín. Incluso salir a entrenar antes del partido es difícil porque un pequeño grupo de admiradores acampa frente al hotel del equipo.
Para poder echar un vistazo al jugador que ayudó a su nación a ganar la Copa del Mundo, algunos aficionados compraron alojamientos caros en hoteles de cinco estrellas.
Recientemente, el sitio web de compras en línea Taobao celebró una transmisión en directo de una promoción para aficionados, que brindó una oportunidad para verle. Taobao tiene un gran poder adquisitivo y, según informan los medios de comunicación locales, 2,5 millones de espectadores siguieron el programa. Esta sesión de preguntas y respuestas al estilo de marketing no habría sido barata.
De hecho, en Pekín ha habido tal fervor por la visita de Messi que la policía ha tenido que advertir a los aficionados para que no caigan en estafas que prometan una cena con la celebridad u otro trato VIP.
En China, Messi tiene un gran número de seguidores. Incluso aquellos que no tienen conocimientos previos de fútbol están familiarizados con su nombre.
La decisión de emparejar a los campeones del mundo con Australia en lugar de con la selección china fue intrigante.
Los organizadores teóricamente podrían haber elegido a cualquier equipo para competir contra Argentina.
Algunos han teorizado que los organizadores podrían no haber querido arriesgarse al posible espectáculo de los seguidores chinos rugiendo de delirio cuando Messi marcara un gol contra su propia nación.
Al final, eligieron a Australia, uno de los equipos más poderosos de Asia. Los australianos no tenían nada que perder.
Nadie esperaba que los Socceroos ganaran este partido después de sufrir una respetable derrota ante Argentina por un marcador de 2-1 en los octavos de final del Mundial de Qatar.
Enviaron a un equipo joven a Pekín para probar a los nuevos jugadores contra los mejores con el fin de prepararse para el próximo Mundial.
Sin embargo, los pocos aficionados australianos que asistieron al partido tenían mucho por lo que alegrarse.
Después del primer gol de Messi, los australianos resistieron los ataques de Argentina antes de lanzar sus propios contraataques. Sin embargo, desaprovecharon varias ocasiones de gol mientras el público chino aplaudía en señal de agradecimiento.
Incluso en un amistoso, sin embargo, Argentina tuvo demasiada clase, y su segundo gol acabó decidiendo el resultado.
Tras el partido, la multitud -entre la que había niños y abuelos- se congregó en las calles del barrio pekinés de Sanlitun, algunos de ellos con la cara pintada.
Era un ambiente alegre. La gente no parecía arrepentirse de su gran compromiso financiero.
Un adolescente dijo a la BBC que fue "realmente emocionante". "Sin duda, la entrada valió lo que costó. Antes de su retirada, Messi sólo viajará a China una vez más. Por lo tanto, valió totalmente la pena. ".
Un hombre dijo: "Fue un gran partido". "El primer gol de Messi fue fantástico. "
¿Y qué atleta era su favorito, pregunté?
Cuando se dio la vuelta, el nombre de Messi estaba escrito en la espalda de su camiseta de fútbol de Argentina.
Los aficionados chinos matarían por tener una selección nacional que algún día pueda competir con otras escuadras de élite.
Muchos de ellos se quedarán con los atletas y clubes conocidos hasta ese momento.
Pero el jugador que ya ha cimentado su lugar en la historia en su propia nación fue el dueño de esta semana en China.
Debido a la popularidad de Lionel Messi, Argentina jugó frente a una audiencia considerable en lo que se sintió como un partido en casa para ellos al otro lado del mundo.
