Un adolescente que murió tiroteado el martes durante un control de tráfico en las afueras de París ha sido acusado y detenido por un agente de la policía francesa.
El joven de 17 años, Nahel M, recibió un disparo en la cabeza a quemarropa mientras conducía y se estrelló poco después.
Dos noches de disturbios en Francia se han visto precipitadas por su asesinato. El caos estalló el jueves por la tarde durante una marcha que encabezaba la madre del niño.
Ya han estallado más disturbios en varias ciudades.
La planta baja de un edificio que alberga un banco en la ciudad de Nanterre, donde fue asesinado el adolescente, aparece en un vídeo de varios medios franceses completamente envuelta en llamas.
Mientras que las publicaciones en las redes sociales y los vídeos parecen mostrar que se han incendiado pilas de basura en varios lugares, se ha informado de la detención de manifestantes en Lille y Marsella.
Le Monde, un periódico francés, informa de que también se han iniciado incendios en Toulouse, en el suroeste del país.
A las 21:00 hora local (19:00 GMT), los servicios de autobús y tranvía en París y sus alrededores fueron suspendidos en previsión de nuevos actos de violencia. Se han establecido toques de queda nocturnos en algunos suburbios.
En Tours y Lille, los servicios de transporte también han sido interrumpidos.
Tras los disturbios que dañaron coches y edificios en varias ciudades francesas el martes y el miércoles por la noche, unos 40.000 policías han sido desplegados por toda Francia en un esfuerzo por sofocar los disturbios.
El ministro del Interior del país, Gérald Darmanin, informó de que 180 personas fueron detenidas y 170 agentes resultaron heridos en los enfrentamientos del miércoles por la noche.
En Nanterre, el jueves por la tarde estalló la violencia tras una marcha por la justicia, en su mayoría pacífica, en la que también resultaron heridos agentes de policía. Más de 6.000 personas acudieron a la manifestación.
La primera ministra francesa, Elisabeth Borne, dijo que aunque reconocía la efusión de dolor tras la muerte de la joven de 17 años, denunciaba los disturbios.
Declaró que "nada justifica la violencia que se ha producido."
La muerte del adolescente ha suscitado un debate más amplio sobre el papel de la policía y la interacción entre el gobierno y los residentes de los suburbios de Francia, que se sienten aislados de los prósperos centros urbanos del país.
Yassine Bouzrou, abogado de Nahel, declaró en el programa Newshour del Servicio Mundial de la BBC: "Tenemos una ley y un sistema judicial que protege a los agentes de policía y eso crea una cultura de impunidad en Francia".
Sin embargo, la madre de Nahel insistió en que sólo responsabilizaba al agente del asesinato de su hijo, no al cuerpo de policía en su conjunto ni al sistema.
Según el agente acusado de matarlo, disparó porque pensó que su vida corría peligro. Su abogado afirmó haber disparado el arma de su cliente "respetando plenamente la ley", según la emisora de radio francesa RTL.