Después de combatir a los militantes islamistas en el país durante diez años, Malí ha informado a la ONU de que sus 12.000 fuerzas de paz deben partir.
Francia retiró sus tropas de Malí el año pasado después de que las autoridades militares del país se hicieran con el poder y enviaran mercenarios del grupo ruso Wagner.
Después de que combatientes islamistas y rebeldes separatistas se unieran y tomaran el control del norte de Malí en 2013, la ONU envió una misión allí. Establecer un Estado diferenciado era su objetivo.
Tras el despliegue de 5.000 soldados franceses para intentar sofocar la revuelta, llegaron las fuerzas de paz de la ONU.
Con el tiempo, la amenaza que suponen los militantes islamistas, que han expulsado a decenas de miles de personas de sus hogares y han matado a miles de personas, ha persistido.
A pesar de tener un mandato más amplio para salvaguardar a los civiles y reducir la amenaza que suponen los yihadistas, la fuerza de la ONU en Malí no está diseñada para lanzar una ofensiva contra los militantes.
El Estado Islámico del Gran Sáhara y Jamaat Nusrat al-Islam wal-Muslimin, filial de Al Qaeda, han perpetrado ataques en Malí y en toda la región.
Boko Haram actúa en las naciones ribereñas del lago Chad, y Ansaroul Islam, otra organización yihadista, actúa en Burkina Faso.
Malí experimentó un aumento de los atentados terroristas y del número de lugareños que se unían a organizaciones insurgentes a pesar de la presencia de fuerzas de paz de la ONU y de soldados franceses que supervisaban las operaciones antiterroristas.
En los últimos diez años han muerto más de 300 miembros de las fuerzas de paz de la ONU. Según los informes, ésta es la misión de mantenimiento de la paz más mortífera del mundo.
Países como Reino Unido y Suecia se han negado a enviar tropas, y Rusia y China han criticado la misión en la ONU.
El presidente francés, Emmanuel Macron, anunció su intención de reducir las fuerzas francesas el año pasado.
Le indignaba que las autoridades militares, que habían tomado el control en 2021, hubieran aplazado la celebración de elecciones democráticas. Además, solicitaron a Wagner, una organización mercenaria rusa, el envío de más de 1.000 combatientes para que sirvieran como seguridad.
De momento se desconoce si el reciente motín de combatientes de Wagner en Rusia afectará a sus operaciones en Malí.
El mandato de la ONU en Malí finaliza el 30 de junio.
Deberían permanecer en Malí un año más, según el secretario general de la ONU, António Guterres.
Abdoulaye Diop, ministro de Asuntos Exteriores de Malí, refutó esta afirmación alegando que la fuerza de la ONU no había abordado los problemas de seguridad a tiempo.
El gobierno de Malí ha interferido con frecuencia en las operaciones de los comandantes de la ONU, según han denunciado los comandantes.
Además, el Sr. Diop acusó a la misión de la ONU de haber "realizado graves acusaciones perjudiciales para la cohesión natural de Malí, la paz y la reconciliación".
Según un informe de la ONU publicado en mayo, 500 civiles fueron presuntamente asesinados en el centro de Malí en marzo de 2022 por efectivos del ejército maliense y mercenarios extranjeros durante una operación antiyihadista.
Se espera que el Consejo de Seguridad de la ONU vote sobre cómo retirar a las fuerzas de paz el viernes.
Se cree que se está hablando de una propuesta francesa de retirarse gradualmente en los próximos seis meses.